"The art of teaching is the art of assisting discovery"________________________________________________________________________________ "The teacher who is indeed wise / does not bid you to enter / the house of his wisdom / but rather leads you to the treshold / of your own mind" (KHALIL GIBRAN)_______________________________________
lunes, 22 de febrero de 2010
jueves, 18 de febrero de 2010
LECCIONES DE ASTRONOMÍA
jueves, 11 de febrero de 2010
10 CONSEJOS PARA ESTUDIAR MEJOR
Hay una serie de dificultades típicas en el estudio, en las que puedes caer. Ya sea porque tienes dificultades en la concentración, falta de base, falta de hábito, etc.
En este documento vamos tratar diez de ellas, y vamos a darte un consejo para cada una de ellas. Si tú conoces alguna más que creas que debamos tener en cuenta díselo a la tutora o tutor, por si pudiera ayudarte
1. No estudiar o jugar a como que estudio
El gran problema no es que estudies mal o no puedas, sino que, simplemente, no estudias. Haces tareas, deberes y dibujos pero no estudias. Te metes en tu cuarto y todo el mundo está convencido de que estás estudiando. Pero has podido pasarte la tarde entera haciendo un dibujo o una redacción sin estudiar. Así no vas adquiriendo ese poso de conocimientos para cuando llegue el examen.
CONSEJO: lo que más te conviene, es empezar todos los días tu jornada de trabajo individual por estudiar. Nada más sentarte, estudia un tiempo. Si tienes de doce a catorce años por lo menos tres cuartos de hora. Y a partir de quince años, por lo menos una hora a hora y media; controla el tiempo para que sigas este plan. Y después del estudio haz las tareas (esto, lo habrás oído decir muchas veces, pues hazlo así, no lo dudes).
Necesitas un cierto control para seguir este plan. Si tienes toda la tarde para hacer las tareas, gastas la tarde entera. Si solo tienes una hora, te ajustas y vas más aprisa. Además el estudio cansa y hay que estudiar cuando se está más descansado.
2. Estudio atropellado, de últimos días
Tiene que ver con el anterior. En este caso sí estudias, pero sólo unos días antes del examen. Además, se crea en la familia la idea de que has estudiado mucho, ya que la sensación que queda, tanto a tí como a tus padres, es la de la última semana y media: te has levantado pronto, se ha esforzado muchísimo, te has acostado tarde estudiando... Así piensas tanto tú como los que te rodean, que no hay derecho a que luego suspendas. Pero en realidad falta el poso necesario para que la memoria asimile y estructure los contenidos.
Consejo: trabaja y estudia diariamente, con control, todos los días has de estudiar algo. Si un día tienes muchas tareas, después del estudio las harás, y lo mismo si no tienes. Si no tienes tareas, solo estudiarás.
3. Falta de ejercicio. Confundir "lo entiendo" con "me lo sé"
Hay quien confunde el "lo entiendo" con "me lo sé". Es una confusión bastante más común de lo creemos, así que no te excluyas automáticamente de este grupo de estudiantes. Lees una lección y como la entiendes, porque los textos están adaptados a tu nivel, ya crees que te la sabes y dejas de estudiar. Sin embargo, lo que te hace falta es ejercitación, repasar para que la memoria logre acomodar los contenidos y asimilar los conceptos. Y después, haces los ejercicios.
Consejo: la ejercitación y el repaso es la parte fundamental del estudio. Tienes que aprender a que "lo sé" = "lo entiendo" + "me lo estudio". Entender es lo más difícil, pero una vez que lo entiendes hay que aprenderlo: hay que dedicar esfuerzo, repetirlo, y usar la memoria.
4. Dificultades de concentración, falta de control de la imaginación.
Te cuesta mucho concentrarte, te cuesta arrancar desde que te sientas hasta que comienzas a estudiar. Estás a medio gas y se te va fácilmente la imaginación.
Consejo: hay que empezar a estudiar a una hora fija para conseguir un buen rendimiento cerebral; así la cabeza se concentrará con más facilidad a esa hora de estudio. Por otro lado el mejor consejo para sujetar la imaginación es ponerte de su parte y sacarle uso en el estudio. Hay que poner la imaginación en los contenidos que estás estudiando y tratar de visualizar, de imaginarte, cómo es lo que estás leyendo y trabajando. Esto ayuda mucho a que te grabes mejor las lecciones.
Respecto a la televisión hay que decir que cansa la cabeza y daña la capacidad de concentración, lo mismo que los videojuegos. Es mejor un rato de lectura, un tebeo, un periódico... porque eso es como un precalentamiento.
5. Dificultades en la lectura. Problemas de comprensión. Vocabulario pobre.
Es el caso del estudiante que se esfuerza pero que no puede. Si te explican la lección y te la cuentan aprendes enseguida. Pero si tienes que aprendértela solo con el libro te cuesta mucho. Te sientes defraudado, pues no hay resultados.
Consejo: lo que hay que hacer es conseguir leer con soltura, automatizar el reconocimiento de las palabras. Empéñate en corregir los defectos de lectura ya que es tu herramienta de trabajo más importante. Hazte con un cuaderno de vocabulario. Con ese pequeño diccionario personal tendrás que hacer ejercicios con las palabras desconocidas. Si no plantas cara al problema, si no lo reconoces, no pondrás remedio y no mejorarás.
Si hay un problema más serio como dislexia, etc., hay que consultar con un especialista. No sirve con estar escuchando que hay que estudiar más, y tú sufriendo por ello.
6. Lagunas, falta de base
Se trata de no poder seguir las clases porque te fallan algunos de los contenidos de otros niveles o el contenido que se ha explicado en otras evaluaciones.
Consejo: hay que dejar de quejarse y buscar remedio para rellenar las lagunas. Para ello podrías dirigirte al profesor de la asignatura o al tutor y podrán orientarte sobre cómo solucionarlo; por ejemplo indicándote si hay clases de recuperación de cursos anteriores de esa materia, o proporcionándote un espacio común con alguna compañera o compañero en la hora de tutoría para que te pueda explicar lo que no sabes.
Una vez conocidas las lagunas, habrá que solucionarlas en vez de quejarse continuamente.
7. Ansiedad, angustia. Bloqueo emocional, inseguridad.
Hay estudiantes que por un exceso de ansiedad y de miedo a suspender se angustian. Quizá tras un año de malas experiencias, de un fracaso, de haber suspendido muchas,... pierdes la confianza en ti mismo y te sientes agobiado. Llegas a los exámenes con trastornos intestinales, duermes mal, estás tenso, te sudan las manos en medio del examen, etc. Estás temeroso y esto te bloquea, pues no tienes la serenidad suficiente para sacar a la luz lo que sabes.
Consejo: se trata de recuperar la confianza perdida, se trata de una etapa o período más o menos largo de experiencias negativas, de una mala racha; se realista y trata de precisar cuánto tiempo hace que te va mal; una vez hecho esto, pasa a recordar todo el tiempo que has invertido estudiando y valora el esfuerzo que has realizado; abre bien los ojos para darte cuenta de las cosas buenas que te pasan, de lo que influyes con tu actitud a que las cosas vayan bien. Analiza qué cosas te han pasado buenas dándoles la importancia que tienen. Valora tus éxitos. Y, después, aprende a controlar esa ansiedad, aprende a relajarte, mediante algunas técnicas.
8. Timidez, inseguridad, no preguntar, no puedo
En este caso el bloqueo llega por la timidez y la vergüenza a preguntar. Es el temor al ridículo, a quedar mal y, así el "no puedo" es la excusa que pones para no enfrentarte a un problema que te da miedo.
Consejo: un ejercicio que puedes hacer para superar ese temor al ridículo es formular preguntas en clase sobre contenidos en los que no tengas problemas de comprensión; te servirá de ensayo para reforzar tu expresión oral. Al preguntar sobre algo que conoces, vas a expresarte correctamente y esto te dará seguridad. Además, valora tu puesta en escena como una cuestión de esfuerzo personal importante. Cuando te vayas escuchando hablar en voz alta iras tomando confianza para expresarte en público.
9. Los "empollones" memorísticos.
En estos estudiantes el desarrollo intelectual no va parejo al sistema de estudio. Hasta los 12 años hay una gran facilidad para memorizar así, leyendo varias veces. Pero a partir de esa edad la memoria es más lógica, surge la capacidad de relacionar contenidos, permitiendo la operación mental de adquirir sentido global de los temas. Hay jóvenes que pasan los cursos y siguen estudiando igual, leyendo veinte veces. Eso, además de aburridísimo, es un tipo de memoria peligrosa. Son los chavales de "lo tengo en la punta de la lengua", "si me dice la primera palabra sigo yo", "¿eso era lo que estaba en la página segunda?". Sufren mucho, dedican mucho tiempo y según pasan los cursos va a peor.
Consejo: hay que aprender a estudiar, a cambiar el método de estudio, sabiendo que al principio te costará, pero luego será muy eficaz.
10. Los "optimistas" del "ya me lo sé, (pregunta)"
"Lo tengo dominado, está chupado". Hay que tocar tierra, comprobando que efectivamente lo sabes o no.
Consejo: hay dos técnicas: que te autoevalúes y que repases. No digas "ya me lo sé" antes de haber cerrado el libro y de haberte preguntado; formulando dos o tres preguntas como las que te haría un profesor sobre el contenido estudiado. Y, a la vez, acostúmbrate a repasar. Los contenidos de las lecciones se aprenden bien una vez que se repasan.
En el estudio se entiende, en los repasos es donde de verdad se aprende.
Lee estos consejos con alguien de tu familia.
En tu casa ya han recibido un documento con algunas recomendaciones sobre cómo ayudarte en el estudio y les sonarán algunas de las ideas que aquí te damos; y además, si vinieron a la reunión de presentación del curso tuvieron la oportunidad de comentarlo con tu Tutor o Tutora.
En este documento vamos tratar diez de ellas, y vamos a darte un consejo para cada una de ellas. Si tú conoces alguna más que creas que debamos tener en cuenta díselo a la tutora o tutor, por si pudiera ayudarte
1. No estudiar o jugar a como que estudio
El gran problema no es que estudies mal o no puedas, sino que, simplemente, no estudias. Haces tareas, deberes y dibujos pero no estudias. Te metes en tu cuarto y todo el mundo está convencido de que estás estudiando. Pero has podido pasarte la tarde entera haciendo un dibujo o una redacción sin estudiar. Así no vas adquiriendo ese poso de conocimientos para cuando llegue el examen.
CONSEJO: lo que más te conviene, es empezar todos los días tu jornada de trabajo individual por estudiar. Nada más sentarte, estudia un tiempo. Si tienes de doce a catorce años por lo menos tres cuartos de hora. Y a partir de quince años, por lo menos una hora a hora y media; controla el tiempo para que sigas este plan. Y después del estudio haz las tareas (esto, lo habrás oído decir muchas veces, pues hazlo así, no lo dudes).
Necesitas un cierto control para seguir este plan. Si tienes toda la tarde para hacer las tareas, gastas la tarde entera. Si solo tienes una hora, te ajustas y vas más aprisa. Además el estudio cansa y hay que estudiar cuando se está más descansado.
2. Estudio atropellado, de últimos días
Tiene que ver con el anterior. En este caso sí estudias, pero sólo unos días antes del examen. Además, se crea en la familia la idea de que has estudiado mucho, ya que la sensación que queda, tanto a tí como a tus padres, es la de la última semana y media: te has levantado pronto, se ha esforzado muchísimo, te has acostado tarde estudiando... Así piensas tanto tú como los que te rodean, que no hay derecho a que luego suspendas. Pero en realidad falta el poso necesario para que la memoria asimile y estructure los contenidos.
Consejo: trabaja y estudia diariamente, con control, todos los días has de estudiar algo. Si un día tienes muchas tareas, después del estudio las harás, y lo mismo si no tienes. Si no tienes tareas, solo estudiarás.
3. Falta de ejercicio. Confundir "lo entiendo" con "me lo sé"
Hay quien confunde el "lo entiendo" con "me lo sé". Es una confusión bastante más común de lo creemos, así que no te excluyas automáticamente de este grupo de estudiantes. Lees una lección y como la entiendes, porque los textos están adaptados a tu nivel, ya crees que te la sabes y dejas de estudiar. Sin embargo, lo que te hace falta es ejercitación, repasar para que la memoria logre acomodar los contenidos y asimilar los conceptos. Y después, haces los ejercicios.
Consejo: la ejercitación y el repaso es la parte fundamental del estudio. Tienes que aprender a que "lo sé" = "lo entiendo" + "me lo estudio". Entender es lo más difícil, pero una vez que lo entiendes hay que aprenderlo: hay que dedicar esfuerzo, repetirlo, y usar la memoria.
4. Dificultades de concentración, falta de control de la imaginación.
Te cuesta mucho concentrarte, te cuesta arrancar desde que te sientas hasta que comienzas a estudiar. Estás a medio gas y se te va fácilmente la imaginación.
Consejo: hay que empezar a estudiar a una hora fija para conseguir un buen rendimiento cerebral; así la cabeza se concentrará con más facilidad a esa hora de estudio. Por otro lado el mejor consejo para sujetar la imaginación es ponerte de su parte y sacarle uso en el estudio. Hay que poner la imaginación en los contenidos que estás estudiando y tratar de visualizar, de imaginarte, cómo es lo que estás leyendo y trabajando. Esto ayuda mucho a que te grabes mejor las lecciones.
Respecto a la televisión hay que decir que cansa la cabeza y daña la capacidad de concentración, lo mismo que los videojuegos. Es mejor un rato de lectura, un tebeo, un periódico... porque eso es como un precalentamiento.
5. Dificultades en la lectura. Problemas de comprensión. Vocabulario pobre.
Es el caso del estudiante que se esfuerza pero que no puede. Si te explican la lección y te la cuentan aprendes enseguida. Pero si tienes que aprendértela solo con el libro te cuesta mucho. Te sientes defraudado, pues no hay resultados.
Consejo: lo que hay que hacer es conseguir leer con soltura, automatizar el reconocimiento de las palabras. Empéñate en corregir los defectos de lectura ya que es tu herramienta de trabajo más importante. Hazte con un cuaderno de vocabulario. Con ese pequeño diccionario personal tendrás que hacer ejercicios con las palabras desconocidas. Si no plantas cara al problema, si no lo reconoces, no pondrás remedio y no mejorarás.
Si hay un problema más serio como dislexia, etc., hay que consultar con un especialista. No sirve con estar escuchando que hay que estudiar más, y tú sufriendo por ello.
6. Lagunas, falta de base
Se trata de no poder seguir las clases porque te fallan algunos de los contenidos de otros niveles o el contenido que se ha explicado en otras evaluaciones.
Consejo: hay que dejar de quejarse y buscar remedio para rellenar las lagunas. Para ello podrías dirigirte al profesor de la asignatura o al tutor y podrán orientarte sobre cómo solucionarlo; por ejemplo indicándote si hay clases de recuperación de cursos anteriores de esa materia, o proporcionándote un espacio común con alguna compañera o compañero en la hora de tutoría para que te pueda explicar lo que no sabes.
Una vez conocidas las lagunas, habrá que solucionarlas en vez de quejarse continuamente.
7. Ansiedad, angustia. Bloqueo emocional, inseguridad.
Hay estudiantes que por un exceso de ansiedad y de miedo a suspender se angustian. Quizá tras un año de malas experiencias, de un fracaso, de haber suspendido muchas,... pierdes la confianza en ti mismo y te sientes agobiado. Llegas a los exámenes con trastornos intestinales, duermes mal, estás tenso, te sudan las manos en medio del examen, etc. Estás temeroso y esto te bloquea, pues no tienes la serenidad suficiente para sacar a la luz lo que sabes.
Consejo: se trata de recuperar la confianza perdida, se trata de una etapa o período más o menos largo de experiencias negativas, de una mala racha; se realista y trata de precisar cuánto tiempo hace que te va mal; una vez hecho esto, pasa a recordar todo el tiempo que has invertido estudiando y valora el esfuerzo que has realizado; abre bien los ojos para darte cuenta de las cosas buenas que te pasan, de lo que influyes con tu actitud a que las cosas vayan bien. Analiza qué cosas te han pasado buenas dándoles la importancia que tienen. Valora tus éxitos. Y, después, aprende a controlar esa ansiedad, aprende a relajarte, mediante algunas técnicas.
8. Timidez, inseguridad, no preguntar, no puedo
En este caso el bloqueo llega por la timidez y la vergüenza a preguntar. Es el temor al ridículo, a quedar mal y, así el "no puedo" es la excusa que pones para no enfrentarte a un problema que te da miedo.
Consejo: un ejercicio que puedes hacer para superar ese temor al ridículo es formular preguntas en clase sobre contenidos en los que no tengas problemas de comprensión; te servirá de ensayo para reforzar tu expresión oral. Al preguntar sobre algo que conoces, vas a expresarte correctamente y esto te dará seguridad. Además, valora tu puesta en escena como una cuestión de esfuerzo personal importante. Cuando te vayas escuchando hablar en voz alta iras tomando confianza para expresarte en público.
9. Los "empollones" memorísticos.
En estos estudiantes el desarrollo intelectual no va parejo al sistema de estudio. Hasta los 12 años hay una gran facilidad para memorizar así, leyendo varias veces. Pero a partir de esa edad la memoria es más lógica, surge la capacidad de relacionar contenidos, permitiendo la operación mental de adquirir sentido global de los temas. Hay jóvenes que pasan los cursos y siguen estudiando igual, leyendo veinte veces. Eso, además de aburridísimo, es un tipo de memoria peligrosa. Son los chavales de "lo tengo en la punta de la lengua", "si me dice la primera palabra sigo yo", "¿eso era lo que estaba en la página segunda?". Sufren mucho, dedican mucho tiempo y según pasan los cursos va a peor.
Consejo: hay que aprender a estudiar, a cambiar el método de estudio, sabiendo que al principio te costará, pero luego será muy eficaz.
10. Los "optimistas" del "ya me lo sé, (pregunta)"
"Lo tengo dominado, está chupado". Hay que tocar tierra, comprobando que efectivamente lo sabes o no.
Consejo: hay dos técnicas: que te autoevalúes y que repases. No digas "ya me lo sé" antes de haber cerrado el libro y de haberte preguntado; formulando dos o tres preguntas como las que te haría un profesor sobre el contenido estudiado. Y, a la vez, acostúmbrate a repasar. Los contenidos de las lecciones se aprenden bien una vez que se repasan.
En el estudio se entiende, en los repasos es donde de verdad se aprende.
Lee estos consejos con alguien de tu familia.
En tu casa ya han recibido un documento con algunas recomendaciones sobre cómo ayudarte en el estudio y les sonarán algunas de las ideas que aquí te damos; y además, si vinieron a la reunión de presentación del curso tuvieron la oportunidad de comentarlo con tu Tutor o Tutora.
APRENDER A APRENDER
Técnicas de estrudio. No esperes milagros sino consejos para optimizar tu tiempo y tu aprendizaje. Ningún motor se mueve sin combustible y en el motor del estudio el combustible es tu esfuerzo. No obstante como algún consejillo no viene mal ahí va el vídeo http://www.youtube.com/watch?v=DeCKWBTQ7no&feature=PlayList&p=74792C7D834DABB2&index=6&playnext=3&playnext_from=PL
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